Si usted está buscando una
cazuela fácil de hacer, tiene algunas cosas que yacen en su congelador y
despensa, nos sobran patatas cocidas del día anterior, esta receta es genial
para no desperdiciarlas y muy fácil de
hacer. Esta cazuela no es definitivamente bonita, pero reconfortante y
deliciosa.
Ingredientes
3 cucharadas de aceite
4 tazas de patatas
3 tazas de jamón cocido en
cubitos
2 tazas de queso Gouda,
triturado
3 cucharadas de mantequilla
sin sal
2 cucharadas de harina para
todo uso
2 ½ tazas de leche
1 cucharadita de sal, al
gusto
1 cucharadita de pimienta
negra al gusto
½ taza de migas de pan finas, opcional
Preparación
Comienzo calentando una
sartén grande a fuego medio. Añado en el aceite, y una vez caliente añado las
papas, dejo que se cocinen algo. La meta es que sean crujientes en el
exterior mientras que los mantiene blandos por dentro, la textura es agradable
al final. Durante este tiempo, hago la salsa de queso, es un bechamel estándar
de una manera pero con queso añadido. En una sartén, derrito la
mantequilla. Una vez fundida, mezclo la harina y cocino la harina a fuego
medio durante un par de minutos. Revuelvo hasta que se forma un poco de
una pasta. Vierto lentamente la leche, continuo revolviendo y rompiendo la
harina para crear su salsa. Una vez que agrego toda la leche, sazono con
un poco de sal y pimienta. Precaliento el horno a 350 grados. Una vez que la
salsa comienza a espesar un poco, reduzco el calor, y poco a poco añado en
alrededor de ¾ del queso, reservo un
poco para colocar por encima. Busco un
tazón grande para mezclar todo. Añado las patatas fritas crujientes, luego
encima de estas el jamón, y luego vierto la salsa de queso. Después vierto
en un molde para hornear. Cubro con queso restante, y las migas de
pan. Coloco en el horno precalentado y dejo cocinar durante unos 25 minutos o
hasta que la parte superior esté bien y dorada. Retiro del horno, dejo enfriar
por cerca de 5-10 minutos. Y a disfrutar!!!
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